A mediados de la década de 1930 se desarrolló en Japón un anteproyecto de acorazado. Incluía diferentes versiones con velocidades que variaban de 24 a 31 nudos, cañones de la batería principal de 410 a 460 mm y desplazamientos de 49.000 a 69.500 toneladas. Una de las variantes tenía una disposición de superfuego convencional de cuatro torretas con tres cañones de 410 mm en cada una, y sus cañones de 155 mm estaban alojados en torretas de triple cañón. El proyecto tenía una planta de propulsión híbrida de turbina de vapor y diésel. El desarrollo posterior condujo a la creación de los acorazados de la clase Yamato.