Los nuevos destructores debían acompañar a los cruceros de batalla de la clase Dunkerque y oponerse a los acorazados de bolsillo alemanes. Para lograr estos objetivos, el proyecto proporcionó cuatro montajes de doble propósito de 138,6 mm. Cuando se pusieron en servicio, estos buques eran los destructores más nuevos de la Armada francesa al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El 3 de julio de 1940, durante la Operación Catapulta, el Mogador fue alcanzado por un proyectil de 381 mm que le causó graves daños.