A finales de los años 30, Estados Unidos diseñaba grandes buques con cañones de 305 mm en la batería principal para contrarrestar a los cruceros. La variante más blindada de las presentadas era el proyecto CA2G, que, según el informe, estaba blindado peor que cualquier acorazado, pero mejor que cualquier crucero. El buque, bautizado como USS Alaska, pasó a formar parte de un escuadrón de portaaviones de alta velocidad que operaba en el océano Pacífico. El Alaska protegió a los portaaviones durante los ataques a Tokio y cubrió las operaciones de desembarco en Iwo Jima y Okinawa. El buque también participó en el asalto a Shanghái.