A principios del siglo XX, Estados Unidos reforzó su flota naval con la construcción de varias clases de acorazados. Los teóricos navales estadounidenses, junto con sus homólogos británicos, idearon el concepto de un acorazado armado únicamente con cañones de gran calibre. Tras su puesta en servicio, el USS South Carolina fue asignado a la Flota del Atlántico. Desempeñó un papel en la protección de los intereses estadounidenses durante la Revolución Mexicana y participó en la ocupación de Veracruz. Durante la Primera Guerra Mundial, el acorazado escoltó convoyes de tropas a Francia. Una vez finalizada la guerra, participó en el transporte de tropas de regreso a Estados Unidos.